Trademark vs Copyright: ¿Cuál necesitas para proteger tu negocio en EE.UU.?
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Las canciones son una parte esencial de la experiencia en eventos deportivos, añadiendo emoción y energía a la atmósfera. Pero, ¿alguna vez te has preguntado quién cobra las regalías cuando una canción se utiliza en un evento deportivo? Desde los Juegos Olímpicos hasta partidos de fútbol y eventos de baloncesto, el uso de música implica un complejo sistema de derechos y regalías que involucra a varios actores en la industria musical.
En este blog, analizaremos quiénes son los beneficiarios de las regalías cuando se utiliza una canción en un evento deportivo y cómo funciona este proceso.
Las regalías musicales se dividen en varias categorías, dependiendo del uso de la canción. Las principales incluyen:
Las regalías se distribuyen entre varios beneficiarios, incluidos los compositores, letristas, editoras musicales y, en algunos casos, los intérpretes y productores. La distribución exacta depende de los contratos y acuerdos específicos entre los involucrados.
Las Organizaciones de Derechos de Ejecución (PROs, por sus siglas en inglés) juegan un papel crucial en la gestión de las regalías de ejecución pública. Estas organizaciones, como ASCAP, BMI y SESAC en Estados Unidos, y SGAE en España, se encargan de licenciar la música y recolectar las regalías cuando se utilizan en eventos deportivos.
Para utilizar una canción en un evento deportivo, los organizadores deben obtener las licencias adecuadas de las PROs. Estas licencias permiten la reproducción de la música durante el evento y aseguran que los titulares de derechos reciban su compensación.
Una vez que se recauda el dinero por el uso de la canción, las PROs distribuyen las regalías a los beneficiarios. Este proceso puede involucrar a varios intermediarios, incluyendo editoras musicales y agencias de gestión de derechos, que aseguran que cada parte reciba su porcentaje correspondiente.
Durante los Juegos Olímpicos, la música es una parte integral de las ceremonias y competiciones. Las canciones utilizadas en las rutinas de gimnasia, patinaje artístico y otros deportes generan regalías significativas. Según un artículo de Billboard, las PROs negocian licencias especiales para estos eventos y gestionan la distribución de regalías a nivel mundial. Los compositores y editores de música son los principales beneficiarios de estas regalías, y las sumas pueden ser sustanciales debido a la audiencia global del evento.
Para los compositores y otros titulares de derechos, controlar y gestionar sus derechos es crucial para asegurar que reciban todas las regalías que les corresponden. La música utilizada en eventos deportivos puede generar ingresos significativos, y una gestión adecuada de los derechos asegura que estos ingresos no se pierdan.
El uso no autorizado de música en eventos deportivos puede llevar a disputas legales costosas. Obtener las licencias adecuadas y asegurar que todas las partes reciban su compensación es esencial para evitar conflictos legales.
Recientemente, 14 equipos de la NBA enfrentaron demandas por el uso no autorizado de música en sus eventos. Estas demandas, presentadas por varias organizaciones de derechos de autor y titulares de derechos, subrayan la importancia de obtener las licencias correctas y de seguir las leyes de derechos de autor para evitar sanciones legales y financieras. La falta de licencias adecuadas no solo expone a los equipos a multas significativas, sino que también puede resultar en daños reputacionales. Estas demandas reflejan la seriedad con la que se deben tratar los derechos de autor en eventos de gran escala y la necesidad de una gestión rigurosa de las licencias musicales.
Una gestión eficiente de los derechos de música permite a los titulares de derechos maximizar sus ingresos. Las PROs y otras entidades especializadas pueden ayudar a asegurar que todas las regalías sean recolectadas y distribuidas correctamente.
El uso de música en eventos deportivos genera regalías significativas que deben ser recolectadas y distribuidas correctamente. Las PROs juegan un papel crucial en este proceso, asegurando que los compositores, editores y otros titulares de derechos reciban su compensación. Controlar y gestionar adecuadamente los derechos de música es esencial para proteger los ingresos y evitar disputas legales.